De origen oriental, el jengibre ha logrado imponerse en infusiones y comidas en todo el planeta. Esta raíz se utiliza porque tiene múltiples (y comprobados) beneficios para la salud. Por ser un superalimento, durante la pandemia de COVID-19 aumentó considerablemente su consumo. Algunos creían que utilizándolo en infusiones calientes, podrían combatir el COVID-19.
Sin embargo, hasta el momento no hay evidencia científica que asocie el uso del jengibre con la prevención o tratamiento de la enfermedad. Es más, especialistas alertan que no se debe abusar de las infusiones con jengibre, ya que calientes podrían llegar a generar irritación en la mucosa de la orofaringe.
El otorrinolaringólogo Ricardo Mendoza dijo a El Universo que es crucial controlar:
- La temperatura de las bebidas.
- La cantidad de jengibre que se les agrega.
No se deben consumir las infusiones si están hirviendo porque puede traer repercusiones como quemaduras en las mucosas, dificultades al tragar y llagas. Tampoco se debe consumir jengibre diariamente, ya que podría generar faringolaringitis.
Lo que no está en duda es que consumir jengibre en cantidades adecuadas en infusiones a una temperatura no dañina para el organismo, contribuye a combatir los estados gripales y la congestión nasal, por sus propiedades antiinflamatorias y antitusivas.