La isla en el centro de Moscú que hasta ahora no tiene nombre oficial surgió justo enfrente del Kremlin a finales del siglo XVIII debido a la construcción de un canal de drenaje. Uno de los nombres más populares es Balchug, además a menudo se llama Bolotni Ostrov o la isla de pantanos.
La tierra a poca distancia del Kremlin fue muy valorada. Ahí se crearon talleres artesanales y empresas industriales que producían vodka, pasta y vinagre. En la segunda mitad del siglo XIX, el pastelero alemán Ferdinand Einem fundó su fábrica de chocolate en la isla. Unos años mas tarde la producción de dulces aumentó y en 1889 su socio Julius Heuss compró la tierra en la punta isleña.
Los moscovitas y los turistas podían oler el chocolate en esta área, por que toda la producción de la fábrica se realizaba en este lugar.
Sin embargo, en 2007, debido a un aumento significativo de los volúmenes de producción, a fin de evitar el colapso del transporte, la producción se trasladó a los talleres de la fábrica Babáyevskaya, que junto con Krasni Oktiabr forma parte del grupo United Confectioners.
El nuevo propietario de los antiguos edificios de la fábrica preservó su apariencia histórica. El complejo arquitectónico encontró una segunda vida en un conglomerado creativo. En el lugar solo se quedó la producción del chocolate hecho a mano, el Museo del Chocolate y los talleres de confitería para los turistas.
En otros edificios se encuentran el Instituto de Diseño y Arquitectura Strelka, el Estudio de Producción de Películas Animadas Skazka, el Centro de Conferencias Digital October, varios centros de exposiciones, restaurantes y tiendas.
El conglomerado organiza las exposiciones y los eventos culturales, sociales, científicos.