El uso del cañón antitanque Rapira permitió perforar una determinada parte de la estructura del pozo petrolífero, en la cual los especialistas instalaron dispositivos para interrumpir la liberación del petróleo, sellar el pozo y, así, extinguir el incendio.
El incendio se inició la noche del pasado 30 de mayo después de que una manguera de conexión se despresurizara y empezara a liberar una mezcla de petróleo y gas. Para intentar contener las llamas en el pozo de la compañía petrolera de Irkutsk —INK, por sus siglas en ruso— se solicitó la ayuda de los militares.