Ahora, el derrame, que se produjo el 29 de mayo, amenaza la flora y la fauna de la zona. Las autoridades locales declararon el estado de emergencia en la región, mientras que cientos de socorristas intentan mitigar el desastre y retirar el agua contaminada.
La compañía metalúrgica Nornikel sugiere que pudo haber sido el calentamiento global la causa de la catástrofe: el derretimiento del permafrost pudo haber dañado los pilares del depósito de combustible en la central termoeléctrica.