Si las cosas continúan como van, pronto estarán en todos lados. Anticipando el colapso del sistema sanitario en Colombia, una empresa local empezó a fabricar una camilla de hospital que se convierte en ataúd si el paciente fallece por COVID-19.
Están hechas de cartón corrugado y son 100% biodegradables, según la empresa colombiana que las ha creado, ABC Displays. Resisten hasta 150 kilogramos y tienen una durabilidad de seis meses y un costo de 300.000 pesos colombianos (75 dólares). El precio llama la atención: las camillas tradicionales cuestan, en general, entre 250 y 2.000 dólares.
"Las familias de bajos recursos no tienen cómo pagar un ataúd", dijo el gerente de la compañía, Rodolfo Gómez, a AFP, y añadió que la emergencia sanitaria en Ecuador fue clave para idear la cama.
El invento, sin embargo, también viene recibiendo críticas desde su salida a la luz. La cama-ataúd ha sido considerada irrespetuosa con la vida de los pacientes enfermos. La sensación que transmite es la de una sentencia de muerte.
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