Argumentó que en los últimos años la región afronta una "creciente crisis de institucionalidad" y una "fragmentación", llegándose a una situación en la que los organismos de integración regionales, o están debilitados, o incluso desaparecidos, como sucedió en el caso de la UNASUR o como está pasando con la CELAC.
Y ello, mientras Latinoamérica necesita de mecanismos colectivos sólidos ante los movimientos tectónicos que se están viviendo en la arena internacional.
De acuerdo al analista, es probable que haya "una especie de retroceso del proceso de globalización, de recorte de los flujos habituales por incremento del proteccionismo por parte de algunos Estados, y una tendencia creciente hacia un aislacionismo que ya se venía dando".
Un escenario que a la vez le da una oportunidad a China "para impulsar, no solamente su visión de la globalización, sino también una serie de mecanismos de gobernanza global en los cuales ya está presente, pero además generando algunos nuevos, como en el caso financiero que es el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura o el Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS".
"Es una gran oportunidad estratégica para China de asumir un rol importante por la incapacidad de EEUU de liderar una respuesta global frente a la pandemia", subrayó.
Apuntó que ese escenario "depende de que haya otros actores que ayuden" a implementarlo. Y es allí donde América Latina podría poner su grano de arena, tratándose de una región que "siempre fue una especie de bastión del multilateralismo en el sistema internacional".