Los científicos, citados por The Guardian, señalan que los naufragios esconden los restos de barcos de las eras helenística, romana, islámica temprana y otomana. Los restos fueron descubiertos por miembros del proyecto de investigación Enigma Shipwrecks (ESP) a grandes profundidades, hasta dos kilómetros.
Una de las naves hundidas merece especial atención. Se diferencia de otros tanto en su tamaño como en el valor de la carga que transportaba. Fue un barco mercante otomano que se hundió alrededor de 1630. Probablemente se dirigía de Egipto a Estambul.
Su longitud era de unos 43 metros. Era tan grande que en su cubierta, dicen los arqueólogos, podía acomodar dos naves comunes de esa época.
En la bodega de este barco había cientos de artefactos, y los investigadores quedaron impactados por su diversidad. Se trata de artículos realizados por representantes de 14 culturas diferentes, incluidas las culturas de África occidental y septentrional, China, la India, Italia, España y Bélgica.
En particular, en la bodega de este barco se encontró la porcelana china más antigua jamás descubierta en barcos hundidos en el Mediterráneo, así como cerámica italiana y pimienta india.
La colección de porcelana china incluye 360 tazas y platos pintados. Además, se encontró una botella que se hizo en los hornos de Jingdezhen durante el reinado de Jeongzhen, el último emperador de la dinastía Ming. Fue creado para beber té verde, pero los arqueólogos han determinado que los otomanos lo adaptaron a sus tradiciones y se utilizó para el café. Los otomanos gradualmente extendieron esta práctica por todo el Oriente.
En las profundidades de la bodega se escondían las primeras pipas de tabaco de arcilla otomanas encontradas por los arqueólogos no solo en el mar, sino también en tierra. Los científicos sugieren que esta parte de la carga fue objeto de contrabando. En la época en que ocurrió este naufragio, existían prohibiciones estrictas sobre el consumo de tabaco.
"Gracias a fumar tabaco y a beber café, en los cafés otomanos surgió y se materializó la idea de la relajación y la comunicación educada, cortés, los sellos distintivos de la cultura moderna. Europa puede pensar que fue ella quien inventó la idea de la cortesía. Pero las tazas y vasijas de café que encontramos demuestran que el 'Oriente bárbaro' fue el pionero en este sentido. La primera cafetería de Londres no abrió sus puertas hasta 1652, cien años después de la aparición de las cafeterías en el Levante", subraya el coautor del estudio, Sean Kingsley.