"La pandemia ha exacerbado la intolerancia religiosa existente en muchos países", dijo Shaheed, al agregar que incluso a "los cristianos, judíos y musulmanes" les culpan de la propagación del virus.
Añadió que los migrantes, refugiados y solicitantes de asilo de diferentes grupos minoritarios también fueron acusados de la crisis causada por el COVID-19.
En este contexto Shaheed calificó de inaceptable cualquier incitación al odio o a la violencia basada en la identidad religiosa o étnica.
"El firme compromiso de los líderes políticos para contener la incitación al odio que estigmatiza a las personas por su religión o creencias es esencial en este sentido", dijo.
Asimismo apuntó que todos los países y líderes religiosos deberían intensificar los esfuerzos para promover la inclusión social y la solidaridad, así como para hacer frente a la intolerancia.
"Insto a los Estados, los líderes religiosos, la sociedad civil, los medios de comunicación y el público en general a que rechacen el odio y la exclusión y brinden apoyo y solidaridad a aquellos que podrían ser víctimas en este momento difícil", concluyó.