Jun Ad, exprofesora de la ciudad tailandesa de Chumphon, vio a dos cobras reales bailando en su patio. Se dio cuenta de que en ese momento no representaban una amenaza y llamó a sus vecinos para que ellos vieran las aventuras amorosas de los reptiles.
El apareamiento duró una media hora después de que las cobras se arrastraran a los matorrales.
"Hace unos días vi una cobra real en mi césped de este tamaño, pero decidí que era inofensiva, y no llamé a los cazaserpientes", reveló. "Luego fui a cortar el césped y la vi otra vez, ahora con una pareja. Debe haber un nido de serpientes en algún lugar cercano", señaló.
Las cobras reales son consideradas unas de las serpientes venenosas más grandes del planeta. Su veneno causa parálisis respiratoria y fallo respiratorio. A los 15 minutos de ser mordida, una persona podría morir. En la naturaleza, las cobras reales se alimentan principalmente de serpientes de otras especies. Pueden prescindir de alimento hasta tres meses.