"Aunque se señale una fecha, el 13 de abril, el boletín condiciona cualquier situación de disminución de aislamiento social a las medidas de estructuración del sistema", dice una nota del ministerio.
El secretario de Vigilancia en Salud del ministerio, Wanderson de Oliveira, comentó en rueda de prensa estas propuestas y remarcó que esa flexibilización se dará siempre que haya camas, equipamiento y personal capacitado de sobra.
Añadió que después del periodo de Semana Santa los estados y municipios podrán evaluar su contexto y ver si pueden "gradualmente y con seguridad" retomar poco a poco la actividad económica.
"Hay muchos lugares que ni siquiera tienen un caso de síndrome respiratorio agudo grave y están adoptando medidas de aislamiento social", dijo el portavoz del ministerio.
Estos estados son São Paulo (sureste), Río de Janeiro (sureste), Ceará (noreste), Amazonas (norte) y el Distrito Federal (centro-oeste).
Las autoridades de los estados de São Paulo y Río de Janeiro (los más afectados por el momento) prorrogaron en los últimos días los decretos de cuarentena y están construyendo hospitales de campaña ante la previsión de colapso de sus sistemas sanitarios en los próximos días.
La postura del ministerio de optar por una flexibilización del aislamiento social en casos puntuales contrasta con la que venía manteniendo hasta ahora, ya que se remarcaba la importancia de seguir la cuarentena porque Brasil aún está en la fase inicial de crecimiento de casos.
El ministro siempre se mostró en línea con la Organización Mundial de la Salud y a favor del distanciamiento social, pero Bolsonaro es contrario por el impacto que produce en la economía, y amenazó con destituirle si no revisaba sus recomendaciones.
Finalmente, y tras muchos rumores que apuntaban a su salida del Gobierno, Mandetta anunció que permanecería en el ministerio.
Según los últimos datos oficiales, divulgados el martes, Brasil tiene 13.717 casos confirmados de COVID-19 y 667 fallecidos, lo que arroja una letalidad del 4,9%.