Crear un fondo especial auspiciado por el Fondo Monetario Internacional, que a su vez proporciones a cada miembro el derecho a obtener préstamos de en proporción a su participación en la economía global a tasa cero por un periodo prolongado y cuyos financiadores, en primer término, sean los recursos de los bancos centrales. Fue una de las ideas que lanzó Putin en el cónclave.
El mandatario ruso incidió también en la creación de corredores verdes, libres de guerras comerciales y sanciones, para que el suministro de alimentos, medicamentos, equipos y tecnologías, esté asegurado durante la crisis.
"El presidente Putin se está poniendo como un estadista a la altura de las circunstancias. […] Acá es un llamamiento a la comunidad internacional, y fundamentalmente que tanto se habla de globalización, es el momento de hacer un esfuerzo global", reflexiona el profesor.
Y pese a que finalmente se llegó a la resolución de hacer lo que sea necesario para superarla, ese mismo día, la Unión Europea —que a su vez está integrada por varios países del G20— no logró llegar a un acuerdo: Alemania y Holanda fueron 'los culpables'.
Una situación que no deja de alarmar, no sólo a los líderes de España e Italia, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, y el primer ministro, Giuseppe Conte, sino a la mismísima y alemana presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.
En este sentido, en una entrevista concedida al diario El País de España, Jacques Delors, expresidente de la Comisión Europea, lanzó una afirmación inquietante para el bloque: "El clima que parece reinar entre los jefes de Estado y de Gobierno y la falta de solidaridad europea representa un peligro moral para el club comunitario".
"Aquellos países europeos, o quienes sean, que se aíslen de la perspectiva de un trabajo solidario internacional, verdaderamente están creando más problemas que soluciones", remacha Moggia.
Mientras, del otro lado del charco, un optimista presidente de EEUU, Donald Trump, se da por por satisfecho si en su país durante la crisis de la pandemia mueren unas 200.000 personas.
Una declaración que se desprende de unas predicciones realizadas por Anthony Fauci, responsable del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EEUU, quien estimó que el coronavirus infectará a millones de personas, mientras que el número de muertes puede llegar a "entre 100.000 y 200.000".
"Es una locura total, en el sentido de que una potencia como EEUU tendría que bajar el índice de mortalidad de forma radical. Es preocupante que el presidente de una de las principales potencias del mundo diga que 'nos conformamos' con llegar a 200.000 muertos: eso, y el darwinismo social de la limpieza étnica, no están muy lejos. Es preocupante", concluye Eduardo Luis Moggia.