Y es que el avance de la enfermedad en España (que suma más de 2.000 contagios y 55 muertes) ha bajado la persiana de cientos de tiendas de alimentación, ropa, restaurantes o centros de estética dirigidos por ciudadanos de origen chino. Carteles de "cerrado por vacaciones" o "reformas", pegados en los escaparates, han sido los anunciantes del cierre temporal de estos establecimientos ante la mirada incrédula de sus clientes.
Sin embargo, tras las verjas echadas y los anuncios de descanso, lo que se esconde es, generalmente, el temor al coronavirus. Según lo que explicó a Sputnik Mundo Shengli Chen Pen, presidente de la Asociación de Comerciantes y Empresarios Chinos en España, muchos negocios no están abriendo para cumplir con el protocolo de prevención contra la enfermedad, no español, sino de su país de origen: "Las medidas tomadas en China son mucho más eficaces que las de España, por eso las están adoptando muchos de los trabajadores de los negocios chinos. Hay muchos que lo hacen para proteger a sus familiares, pero también a los clientes que van a sus negocios".
Como recuerda el presidente de la Asociación de Comerciantes y Empresarios Chinos en España: " Vivimos en la misma ciudad y nos afecta a todos. Estamos todos preocupados y tenemos que mantenernos todos unidos".