"Ya se tomó la decisión, después de análisis, de reflexiones, de consultas, de tomar en cuenta distintos puntos de vista, se tomó la decisión de rifar el avión presidencial para no tener problemas de tiempo y que puedan participar todos los mexicanos que quieran ayudar", dijo el mandatario en conferencia de prensa.
La rifa se celebrará el 15 de septiembre, con seis millones de boletos que costarán 500 pesos (26 dólares).
La aeronave sirvió a la presidencia mexicana desde principios de 2016 hasta noviembre de 2018, con 214 vuelos nacionales e internacionales y un recorrido de unos 600.000 kilómetros.
"La venta de los 'cachitos' [boletos] nos va a permitir obtener en general, si se venden todos los números, 3.000 millones de pesos [unos 158 millones de dólares], y se van a entregar en premio 2.000 millones de pesos [unos 105 millones de dólares]", detalló el gobernante.
Esto es para ajustarse a la ley de la lotería nacional, que obliga a entregar premios en metálico.
El Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado, que administra bienes confiscados a delincuentes, aportaría la suma para pagar esos premios, equivalente a 105 millones de dólares.
Los fondos que se obtengan de la rifa se destinarán a compra de equipos de hospitales, según el mandatario, aunque no está claro si se venderán todos los números.
El avión lo conservará la Fuerza Aérea, "que le dará mantenimiento en tanto se vende y al mismo tiempo se puede rentar", explicó el jefe del Ejecutivo.
"Si se vende el avión [después de la rifa] ese dinero adicional se va a ocupar también para comprar más equipos médicos", añadió.
La Fuerza Aérea aportará el mantenimiento y combustible por unos 10,5 millones de dólares anuales para 800 horas de vuelo, según el plan.
El jefe de Estado se negó a utilizar el avión y viaja en líneas aéreas nacionales, mientras que rechaza salir del país y no ha realizado ninguna gira internacional desde que asumió el cargo en diciembre de 2018, ni tiene previsto hacerlo.