"Si Qaani continúa matando estadounidenses correrá la misma suerte que Qasem Soleimani", dijo el alto cargo norteamericano al periódico Asharq Al-Awsat.
El 3 de enero las fuerzas estadounidenses asesinaron al general iraní Qasem Soleimani, comandante de entonces de la Fuerza Quds, en un ataque aéreo cerca del aeropuerto de Bagdad.
Cinco días después del asesinato de Soleimaní, el Ejército iraní bombardeó dos bases militares estadounidenses en Irak causando numerosos heridos.
Si bien el Pentágono negó en un principio que hubiesen heridos, más tarde admitió que 11 militares fueron trasladados a Alemania y Kuwait para recibir tratamiento médico.
El 22 de enero trascendió que un nuevo grupo de soldados fue evacuado a Alemania para recibir asistencia médica.