En un comunicado, la policía informó que la investigación servirá para "aclarar la eventual responsabilidad penal de trabajadores de la Cedae (la Compañía Estadual de Aguas y Alcantarillado, que depende del estado de Río) o de terceros que puedan haber contribuido, pro acción u omisión, en las alteraciones de las condiciones de consumo de agua".
El comisario de policía Julio Silva Filho explicó en declaraciones a O Globo que también se pretende "tranquilizar a la población" y remarcó que no se descarta ninguna hipótesis, incluyendo el sabotaje.
El 15 de enero, el presidente de la Cedae, Hélio Cabral, compareció ante la prensa por primera vez desde que empezó a empeorar la calidad del agua, hace 14 días, y aunque pidió disculpas por el "trastorno" no supo decir cuándo se volvería a la normalidad.
La empresa pública asegura que el cambio en el sabor, color y olor del agua se debe a la geosmina, una sustancia producida por algas que no es peligrosa para la salud humana.
El recelo que provoca el actual estado del agua potable llevó a los vecinos de Río a recurrir al agua mineral embotellada, que prácticamente desapareció de las estanterías de los supermercados.
Según la autarquía de Protección y Defensa del Consumidor, el Procon Rio, en algunos puntos de la ciudad, las garrafas de agua de 20 litros aumentaron su precio en más del 40%.