"Somos independientes y no necesitamos el petróleo de Oriente Medio", declaró Trump durante un discurso en la Casa Blanca el pasado 8 de enero.
Gracias al auge de la producción de esquisto, Estados Unidos redujo en 2019 los envíos del Golfo Pérsico a su nivel más bajo en 30 años. Pero aun así, el crudo de la región constituye más del 10% de las importaciones estadounidenses, señalan los analistas del medio.
Según la agencia, la dependencia de Estados Unidos del crudo de Oriente Medio no va a cambiar de rumbo. Las refinerías del país están ajustadas para procesar el petróleo que se produce en Oriente Medio.
Las fuentes de suministro de crudo pesado se limitaron después de que Estados Unidos impusiera sanciones al petróleo venezolano, se disminuyera la producción mexicana y se introdujeran limitaciones logísticas canadienses.
"Con las sanciones impuestas a Irán, los compradores siguen dependiendo de otros productores del golfo Pérsico", concluye el medio.
El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, que asumió la autoría de los ataques, advirtió que se trata de una respuesta al asesinato del general Qasem Soleimani, en una operación especial de EEUU, y amenazó con más represalias en el marco de lo que bautizó como la Operación mártir Soleimani.
Los precios del petróleo reaccionaron al ataque iraní contra las bases estadounidenses en Irak con un fuerte crecimiento, pero horas después estos volvieron a caer.