Internacional

Expresidente de Nissan atribuye a la falta de justicia su fuga de Japón

BEIRUT (Sputnik) — El expresidente de Nissan-Renault, Carlos Ghosn, acusado por Tokio de varios delitos financieros, explicó su decisión de escapar de Japón por la "falta de justicia" en este país asiático.
Lea en Sputnik
"No me escapé de la justicia, sino de la falta de justicia y de la persecución", dijo Ghosn en una rueda de prensa que ofreció en Beirut.

El empresario acusó a las autoridades de Japón de violar los derechos humanos.

Carlos Ghosn afirma ser víctima de una "conspiración" en el primer vídeo dirigido al público
"Me separaron brutalmente de mi familia, amigos y socios y pasé varios meses sin acceso al abogado", indicó.

A finales de diciembre pasado, Ghosn que estaba en arresto domiciliario en Tokio, escapó a la capital libanesa, Beirut.

Aún se desconoce cómo el empresario, que tiene triple ciudadanía de Brasil, Francia y el Líbano, había logrado burlar la vigilancia y abandonar Japón, donde le esperaba un juicio en abril de 2020.

El pasado 2 de enero, el Líbano informó haber recibido una circular roja o petición de arresto de Ghosn por parte de Interpol.

La agencia estatal libanesa NNA comunicó este miércoles que Ghosn fue citado por la Fiscalía del Líbano para declarar en relación con el mencionado circular de Interpol.

Turquía investiga el paso de Carlos Ghosn por su territorio en la fuga de Japón al Líbano
Ghosn fue arrestado el 19 de noviembre de 2018 por ocultar parte de sus ingresos, pero desde abril de 2019 se encuentra en libertad bajo fianza.

El empresario, que insiste en su inocencia, ya se enfrenta a cuatro cargos.

De los primeros tres, dos están relacionados con la ocultación de ingresos por valor de miles de millones de yenes y uno, por el supuesto intento de trasladar a las cuentas de Nissan sus pérdidas de inversión personales.

Además, en abril de 2019 la Fiscalía de Tokio presentó una nueva acusación contra Ghosn, por haber desviado en beneficio propio unos fondos de Nissan, a través de un concesionario en Omán, a una empresa fantasma suya en el Líbano, causando al fabricante japonés unas pérdidas de unos cinco millones de dólares.

Discutir