Manifestantes iraquíes incendiaron el 31 de diciembre una valla de la Embajada estadounidense en Bagdad, en protesta por los ataques estadounidenses contra la milicia chiita iraquí Kataeb Hizbulá.
Washington denunció inmediatamente que Irán había organizado la manifestación.
La misión subrayó en el comunicado que EEUU no tolerará ataques contra su personal o instalaciones, y que actuará de forma adecuada para protegerlas, así como a sus aliados.