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Dirigentes del FA: inseguridad y aislamiento social explican derrota de izquierda uruguaya

MONTEVIDEO (Sputnik) — El partido gobernante de Uruguay, denominado Frente Amplio (FA, centroizquierda), se alejó de la ciudadanía y no supo escuchar sus reclamos en materia de seguridad, afirmaron a Sputnik varios dirigentes políticos.
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"El partido tuvo dificultades de convocatoria para la elección por eso no logramos más del 40% en octubre. ¿Qué nos pasó? ¿Por qué nos alejamos de la población? ¿Por qué tuvimos baja votación en algunos sectores del interior del país? Creo que estas preguntas tienen que estar en el proceso de reflexión", afirmó el presidente del FA, Javier Miranda.

El 28 de noviembre se confirmó que el líder de la coalición opositora, Luis Lacalle Pou (Partido Nacional, centroderecha), le ganó al candidato oficialista Daniel Martínez.

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El diputado Gerardo Núñez dijo a Sputnik que este proceso de reflexión tiene que ser lo más amplio y democrático posible, por lo que no puede realizarse "entre cuatro paredes y con los mismos de siempre".

"Uno de los grandes errores fue el divorcio con el movimiento popular en general; por algunos momentos hubo una distancia importante, hubo expresiones que no se lograron canalizar, eso generó ciertos niveles de desgaste", reflexionó.

Por su parte, el director de la Fundación Líber Seregni y sociólogo, Agustín Canzani, dijo que el Gobierno no tuvo una buena comunicación con los movimientos sociales, con la fuerza política y con la bancada parlamentaria.

"En algunos casos hubo una falta de trabajo colectivo más integrado para transmitir mensajes a la sociedad o para plantear algunos debates públicos", agregó.

Seguridad y comunicación

Miranda y Canzani consideraron que uno de los grandes temas que el Gobierno no supo contestar de forma adecuada a los requerimientos de la población fue la seguridad.

"En materia de seguridad ha sido uno de los grandes temas cuestionados por la población y que es de una enorme importancia; tenemos que analizar nuestros déficit de respuesta y satisfacción a la gente; creo que no alcanza con generar una agenda de mejores derechos para la gente, hay que hacer política para que las personas vean que viven mejor porque hay una orientación política que lo permite", reflexionó Miranda.

Uno de los mayores reclamos por parte de la ciudadanía fue la seguridad, debido a que en 2018 se registró en Uruguay la cifra récord de 414 homicidios, que supuso además un incremento de 45,8% respecto del año anterior y elevó la tasa nacional a 11,2 homicidios cada 100.000 habitantes, una de las más altas de América del Sur.

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El futuro Gobierno de coalición cree que se trata de la peor situación de inseguridad en la historia del país, que define como "catastrófica".

Por otro lado, Canzani dijo que otras de las demandas de la población fue el área económica, ya que el FA no supo ver nuevos patrones de consumo o estándares de vida que la sociedad fue adquiriendo en estos últimos quince años, los cuales requieren mejores servicios públicos y mayores niveles de crecimiento.

Por su parte, Miranda afirmó que también se deberá hacer una autocrítica sobre la campaña electoral que realizó el Frente Amplio, especialmente en la comunicación, el perfil del candidato y el volumen de la publicidad que se contrató.

En cambio, Núñez consideró que el Frente Amplio perdió "la batalla cultural" en estas elecciones.

"No fuimos los suficientemente astutos y capaces para ir generando una cabeza cultural nueva acorde a la sociedad que pretendemos construir (...) lamentablemente la desigualdad y la pobreza siguen siendo naturalizadas por la mayoría de las personas", agregó.

El Frente Amplio llegó al Gobierno en 2005 y en sus tres administraciones consecutivas impulsó, gracias a mayorías parlamentarias, cambios considerados de avanzada, como la aprobación del matrimonio igualitario, la despenalización del aborto, la regulación del cultivo y el consumo de marihuana.

Además, la pobreza pasó del 16% en 2006 al 2,1% en 2016 y los salarios aumentaron alrededor de un 55,5% en estos últimos quince años.

No obstante, a partir del 1 de marzo tendrá que ser opositor y enfrentarse a una coalición de Gobierno compuesta por cinco partidos que van desde la centroderecha a la ultraderecha.

Relaciones con EEUU del próximo Gobierno

Probablemente el próximo Gobierno de Uruguay tenga una alianza mucho más cercana con EEUU a través de la Organización de los Estados Americanos (OEA), añadió Javier Miranda.

"Es muy probable que el próximo Gobierno gire a una alianza más cercana de EEUU a través de la OEA", afirmó Miranda.

Miranda dijo que durante este tiempo Uruguay mantuvo una "actitud independiente" en defensa de la "soberanía de los pueblos", rechazando los planteamientos que se hicieron desde la OEA o desde el Grupo de Lima.

"Es probable que la postura de Uruguay rechazando el Grupo de Lima se revierta con el nuevo Gobierno y creo que es una lástima porque una vez más Uruguay demostró ser un articulador de los disensos de la región", reflexionó.

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Lacalle Pou dijo el 1 de este mes en una entrevista con el diario local El País que su Gobierno "seguramente" no seguirá conformando el Mecanismo de Montevideo, ya que este país integra otros organismos que son "suficientes" como Naciones Unidas y la OEA.

El Mecanismo de Montevideo fue creado en febrero pasado en la capital de Uruguay por el actual Gobierno del Frente Amplio, México y la Comunidad del Caribe con el fin de lograr un diálogo entre el oficialismo y la oposición de Venezuela para conseguir una salida de la crisis que vive ese país.

Lacalle Pou afirmó que su "visión es más parecida a la que sostiene el Grupo de Lima", el cual se ha manifestado en diversas ocasiones contra el Gobierno de Nicolás Maduro.

Actualmente ese grupo está integrado por 11 países: Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y por representantes del autodenominado "presidente encargado" de Venezuela, el opositor Juan Guaidó.

Influencia de EEUU

Miranda dijo que el hecho de que el Frente Amplio haya perdido las elecciones significa un "gran retroceso" para los progresismos en la región frente a lo que está pasando en Brasil con el Gobierno de Jair Bolsonaro, la destitución de Fernando Lugo (2008-2012) en Paraguay, el "cambio de signo ideológico" de Lenín Moreno en Ecuador y el "golpe de Estado" en Bolivia.

"Sin duda que la política exterior de EEUU incide muchísimo en América Latina; no es casual que cuando asume el presidente Donald Trump se den estos cambios (...) es evidente que hay una intervención norteamericana directa en Colombia y en Venezuela, lo cual es altamente preocupante", agregó.

Sostuvo que en el caso de Uruguay se han visto "peculiares expresiones" que dan cuenta de este cambio de signo ideológico, como las declaraciones de Bolsonaro, quien está "muy unido a Trump" y apoyó en las últimas semanas al presidente electo en Uruguay.

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"Uno de los integrantes del acuerdo electoral que derrotó al FA, Guido Manini Ríos, del partido de ultraderecha en Uruguay, visitó al presidente Bolsonaro en plena campaña electoral en Uruguay, por tanto, los vínculos ideológicos entre actores de la derecha funcionaron sin duda", reflexionó.

Días antes de las elecciones del 24 de noviembre en Uruguay, Bolsonaro afirmó que en en ese país hay una oposición que está más alineada con sus "pensamientos liberales y económicos".

"Esperamos, hinchamos, porque se elija a alguien más asociado a nuestras ideas, así tendríamos a Uruguay más alineado con nosotros", agregó.

El 29 de noviembre Bolsonaro se comunicó por teléfono con Lacalle Pou, a quien felicitó por su victoria en las urnas e invitó a "trabajar juntos" en favor de ambos países.

Política del próximo Gobierno

El próximo Gobierno de Uruguay privilegiará los intereses de los empresarios y del agronegocio en detrimento de las grandes mayorías, dijo el gobernante Frente Amplio.

"Esta nueva coalición gobernante representa en nuestra visión una opción por el país de los privilegios para sectores que pretenden recapturar la renta, ajenos completamente a los intereses de las grandes mayorías de trabajadores, estudiantes, jubilados y pensionistas", se afirma en el documento final del Plenario Nacional de dirigentes del Frente Amplio.

El 21 de diciembre el Frente Amplio realizó un encuentro nacional, en el que todos sus dirigentes y principales militantes se reunieron para hacer una autocrítica por el resultado electoral, que determinó que luego de 15 años la fuerza de izquierda tenga que dejar el poder el próximo primero de marzo.

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En el documento, que se aprobó en el Plenario, se afirma que el próximo Gobierno apuesta por un "Estado pequeño y ausente ante los problemas de la gente", que representa a los sectores del agronegocio, a las "viejas recetas fondomonetaristas" y de las cámaras empresariales.

En el futuro Gobierno existe "una marcada desigualdad de género que desconoce completamente el aporte de las mujeres y niega su derecho a ser parte de los procesos de decisión (...) las distintas expresiones conocidas hasta el momento reafirman un pensamiento conservador en lo social, que simplifica el flagelo de la pobreza y remite a visiones meritocráticas sobre el progreso individual", agregó el FA.

La fuerza política afirmó que es necesario aceptar la derrota electoral, la cual marca "la necesidad de un profundo análisis crítico de lo actuado desde el Gobierno".

"A ello nos abocaremos durante los meses que vengan, sin descuidar la unidad de la izquierda social y política, en tanto insumo indispensable para garantizar y sostener la continuidad de las transformaciones que nuestra realidad todavía requiere", agregó.

En el documento se sostiene que el Frente Amplio será un "férreo defensor" como oposición de las conquistas alcanzadas por los gobiernos de izquierda.

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