Algunos activistas proindependencia se volcaron a las calles e incendiaron cestos de basura e intentaron armar barricadas en las inmediaciones al estadio. Los Mossos utilizaron balas de goma para dispersar a los manifestantes más radicales.
La protesta ha sido convocada por el grupo Tsunami Democràtic y cuenta con la participación de miles de personas.
"Hemos venido para dar apoyo a las acciones de demanda de un diálogo político sobre la situación en Cataluña", dijo a Sputnik uno de los manifestantes que se unió a la protesta, Albert Rodríguez.
A partir de las 16:00 (hora local), grupos de manifestantes comenzaron a concentrarse frente a los distintos accesos al estadio, donde voluntarios repartían más de 100.000 pequeñas pancartas con el lema Spain Sit and Talk (España siéntate y habla), convertido en eslogan del movimiento independentista.
Algunos de los concentrados acudieron con banderas independentistas y pintaron mensajes reivindicativos en el suelo, mientras que otros jugaron con pelotas que evocaban a las balas de goma utilizadas por los agentes antidisturbios contra los manifestantes.
Para llevar a cabo esta acción, es "imprescindible que el partido se pueda disputar y la afición con entrada y carnet pueda acceder al estadio" y que la protesta discurra "sin violencia", indicó el Tsunami Democrático a través de las redes sociales.
"Tenemos la información que va difundiendo el Tsunami Democrático, tenemos nuestros carteles y estamos esperando, no sabemos nada más pero nos han asegurado que podremos ver el partido en directo", dijo Rodríguez sobre la convocatoria secreta.
Para garantizar el libre acceso al estadio y la seguridad en los alrededores, el Gobierno catalán y el FC Barcelona desplegaron un dispositivo de 3.000 agentes, entre seguridad privada y efectivos de los Mossos d'Esquadra, la Policía catalana.
El duelo entre el FC Barcelona y el Real Madridfue aplazado por amenazas de boicot el 26 de octubre. Finalmente, se pospuso para el 18 de diciembre.
Barcelona se ha visto sacudida por manifestaciones independentistas desde la condena a nueve de sus dirigentes el 14 de octubre. Algunas de las protestas han acabado de manera violenta, con la quema de material urbano y cortes de calles, carreteras y vías del tren. Tsunami Democràtic ya había coordinado movilizaciones como la ocupación del aeropuerto de Barcelona o cortes de carreteras en la frontera con Francia.