Los pilotos comentaron a la prensa que ya durante tres semanas patrullan desde aire el norte de Siria y el área del patrullaje se expande constantemente abarcando grandes partes de las provincias del norte y el noreste.
"Cada día dos o tres helicópteros Mi-8 efectúan el patrullaje a una velocidad de 200 kilómetros por hora a una altura extremadamente baja. Cada misión dura aproximadamente dos horas", dijo a los periodistas uno de los pilotos.
Según un piloto del helicóptero Mi-35, los vuelos se realizan a una altura de hasta 30 metros con el seguimiento del terreno.
En la zona patrullada se encuentran las centrales hidroeléctricas más grandes de Siria, ambas en el río Éufrates, que suministran energía a muchas regiones del país.
Los pilotos no solo ayudan a la policía militar rusa sino que también velan por la seguridad de los puestos de distribución de ayuda humanitaria, cuyo número crece cada semana en las provincias de Haseke y Alepo.