"Es ilógico comprar los S-400 y no usarlos", afirmó Demir al canal СNN Turk.
Añadió que "el personal ruso no participará en su explotación, estos sistemas no representan amenaza para EEUU".
Rusia empezó a entregar los S-400 a Turquía en julio pasado y a mediados de septiembre concluyó la segunda etapa de entrega, en virtud de un contrato de 2.500 millones de dólares suscrito en diciembre de 2017.
La compra de los S-400 rusos provocó tensiones entre Ankara y Washington, que amenazó con imponer sanciones y excluyó a Turquía del programa de suministros de aviones de combate F-35.
El S-400 (SA-21 Growler en la clasificación de la OTAN) es capaz de abatir aparatos aéreos de tecnología furtiva, misiles de crucero, misiles balísticos tácticos y táctico-operativos.
Con un alcance de hasta 400 kilómetros, el sistema ruso puede abatir blancos a alturas de hasta 30 kilómetros.
Turquía confirma que va a usar los S-400 pese a la amenaza de sanciones por parte de EEUU
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