"Realmente me preocupa que la situación en Bolivia pueda salirse de control si las autoridades no la manejan cuidadosamente, de acuerdo con las normas y estándares internacionales que rigen el uso de la fuerza, y con un respeto pleno por los derechos humanos", dijo Bachelet, citada en un comunicado publicado el 16 de noviembre.
Según la alta comisionada, hay "información de que al menos 17 personas han fallecido en el contexto de las protestas, incluidas 14 sólo en los últimos seis días".
Bachelet indicó que el país está dividido y que existe indignación en los distintos sectores del espectro político.
Además, la alta comisionada se mostró preocupada por múltiples arrestos que se han registrado en Bolivia y en ese contexto llamó a las autoridades a revelar el número de personas arrestadas, heridas y fallecidas durante las protestas, así como a investigar "con celeridad, imparcialidad, profundidad y transparencia los hechos para que haya una rendición de cuentas de los responsables".
Ante las violentas protestas y las "recomendaciones" de la policía y las Fuerzas Armadas, el 10 de noviembre Morales dimitió.
El 12 de noviembre, la senadora opositora Jeanine Áñezasumió la presidencia interina de Bolivia en una sucesión sin acuerdo parlamentario aunque avalada por el Tribunal Constitucional.
Desde su exilio en México, Morales calificó la autoproclamación de Áñez de "golpe artero y nefasto" y "asalto al poder del pueblo".