De acuerdo con el Gobierno japonés, las nanofibras de celulosa son un 20% más livianas que el acero y más de cinco veces más resistentes. Eso significa que este auto necesitará de menos potencia para desplazarse, lo que lo hace más económico y reduce las emisiones de dióxido de carbono. El uso de las nanofibras de celulosa, además, reduce drásticamente las emisiones de carbono en el proceso de fabricación del auto.
Además de ser ecológico, el vehículo nipón posee un diseño moderno que cuenta con puertas de ala de mariposa y asientos que hacen recordar los tradicionales kimonos nipones. Aunque Japón no ha informado de los detalles acerca del sistema de propulsión del vehículo, se rumorea que se usarán pilas de combustible de hidrógeno para ponerlo en movimiento.
El proyecto del NCV, iniciado en 2016, se encuentra todavía en fase embrionaria y no existen informaciones oficiales acerca de cuándo —y si— se iniciará su producción en masa.