"Carabineros actuó de manera abusiva, yo sólo iba caminando cuando me dispararon", acusó Natalia Aravena en conversación con Sputnik.
"Estaba junto a un grupo de personas que se manifestaba pacíficamente, tocando cacerolas, vuvuzelas y silbatos, cuando a nuestro lado llegó un bus de Carabineros, de donde se bajaron varios policías con armas", relató la joven.
"Carabineros comenzó avanzar muy rápido hacia donde estábamos, y aunque la gente tenía sus manos levantadas para demostrar que estábamos marchando sin violencia, empezaron a lanzar bombas lacrimógenas al aire", agregó Aravena.
La joven contó que como no pudo seguir caminando, una persona la tomó y la arrastró dentro de un local, donde le brindaron primeros auxilios, para posteriormente trasladarla a un hospital.
"Después de examinarme me diagnosticaron 'estallido ocular'", narró Aravena.
Actualmente, la joven está a la espera de un examen para analizar a fondo el daño interno, pero según el diagnóstico oftalmológico entregado, lo más probable es que pierda el ojo y deba utilizar una prótesis.
Violencia desmedida
Según el último reporte del Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile (INDH), durante las últimas semanas de protestas en el país se han contabilizado 1.305 personas heridas en hospitales, de las cuales un total de 146, incluyendo a Aravena, presentan heridas oculares.
En el caso particular de Aravena, la policía actuó fuera del protocolo que los obliga a apuntar los lanzagranadas al aire, y nunca directamente en contra de la gente.
"Carabineros actuó de manera abusiva, yo solo iba caminando y me dispararon, incluso al lado mío había gente que no estaba marchando, había una mujer con un hijo de unos seis años que podría haber sido alcanzado; están usando la fuerza desmedida sin razón, y no para defenderse, sino que para hacer daño intencional", dijo la joven.
Además, explicó que se sumó a la marcha porque en el país "la gente vive muy mal".
"La mayoría de la gente gana sueldos bajos y están endeudados, mientras el costo de la vida es muy alto, el acceso a la salud no es equitativo y en especial desde mi trabajo veo que todo eso está afectando la salud mental de la gente, generan estrés y trastornos ansiosos y por ende, una mala calidad de vida, y por protestar contra todo eso la policía nos reprime", expresó Aravena.
Sin embargo, las protestas no amainaron, y abarcando reclamos sociales mucho más profundos y estructurales tomaron un cariz mucho más intenso, que incluyó incendios y destrucción de varias estaciones del Metro, así como decenas de manifestaciones en diversos lugares del Chile, con marchas y "cacerolazos".
Para imponer el orden, Piñera decretó toques de queda y el estado de emergencia, lo que permitió desplegar al Ejército y a las Fuerzas Armadas en las calles; el mandatario levantó ambas medidas una semana después.
El INDH recibió denuncias de torturas, abuso de poder, golpes y detenciones arbitrarias de uniformados a civiles, las que actualmente están siendo investigadas por la Fiscalía de Chile, y también por una misión enviada por la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, quien fuera dos veces presidenta del país (2006-2010 y 2014-2018).
Hasta el momento, han muerto 20 personas según cifras del Gobierno, que reconoció que cinco de estas muertes fueron a manos de efectivos de las Fuerzas Armadas y Carabineros.