"No es una pelea nuestra, queremos una inserción sin ideología en la economía mundial para promover el desarrollo nacional", dijo ni bien llegó a Pekín, recoge el diario local O Globo.
El líder ultraderechista también remarcó que está en "un país capitalista", a pesar de que recientemente China celebró los 70 años de la revolución comunista.
Mientras que este 25 de octubre el presidente brasileño se reunirá con su homólogo chino, Xi Jinping.
China es el principal socio comercial de Brasil, pero las relaciones entre ambos países se tensaron al comienzo del Gobierno de Bolsonaro.
Eso ocurrió después de que en la campaña el mandatario del país sudamericano dijera que el gigante asiático debería comprar en Brasil y no intentar "comprar Brasil".
Washington y Pekín libran una guerra comercial desde junio de 2018, cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció la aplicación de tarifas a 50.000 millones de dólares en productos del gigante asiático, con el objetivo de equilibrar una balanza comercial negativa para su país.
Desde entonces, ambas naciones han aplicado varias tandas de impuestos, mientras tratan de llegar a un acuerdo sobre su intercambio comercial.