"Compartimos las preocupaciones sobre la situación en Oriente Medio, los ataques contra las refinerías en Arabia Saudí, que socavan el orden de la economía global, son un crimen flagrante", dijo el primer ministro.
Abe comentó también su encuentro con el líder supremo de Irán, ayatolá Alí Jameneí, en Nueva York.
El 14 de septiembre, las instalaciones de la empresa Saudi Aramco en el este de Arabia Saudí fueron objeto de un ataque reivindicado por los rebeldes hutíes de Yemen.
Estados Unidos y Arabia Saudí sostienen que detrás del incidente está Irán, que rechaza en términos categóricos su implicación.
El portavoz del Ministerio de Defensa saudí, Turki Maliki, afirmó el 18 de septiembre que las instalaciones en Abqaiq y Khurais habían sido atacadas con 18 misiles de crucero y siete vehículos aéreos no tripulados de fabricación iraní.