Muchos son conscientes de que las protestas ya no son por el proyecto de ley de extradición, sino que apuntan contra el Gobierno de Hong Kong y cuenta con el apoyo de fuerzas extranjeras que quieren desestabilizarlo, dijo el portavoz de la Oficina para los Asuntos de Hong Kong y Macao del Consejo de Estado de China, Yang Guang, citado por el diario South China Morning Post.
"Si aman a Hong Kong, deben decir 'no' a todas las acciones que amenazan a la ciudad", insistió.
Sobre la reacción de los gobiernos extranjeros a las protestas, Yang dijo que "primero, tergiversan en blanco y negro".
"Siempre que ven a la policía, dicen que sus acciones son equivocadas y excesivas. Y cada vez que ven a los manifestantes, simpatizan con ellos", aclaró.
Y agregó que "en segundo lugar, apoyan a manifestantes violentos".
El portavoz se preguntó qué harían los gobiernos extranjeros si hubiera una situación similar en sus países.
Chantaje de elementos radicales
Los elementos radicales usan sus cinco exigencias como un chantaje político y lo que pretenden en realidad es hacerse con el poder, dijo el portavoz de la Oficina para Asuntos de Hong Kong y Macao del Consejo de Estado de China.
Según Yang Guang, los elementos radicales esgrimieron estas cinco exigencias como su bandera desdeñando la vida pacífica de los hongkoneses y la estabilidad de Hong Kong, cometieron actos de violencia, infringieron el orden público y despreciaron la supremacía de la ley, lanzando un desafío al principio de "un país, dos sistemas".
Desde el 9 de junio pasado, Hong Kong vive una oleada de protestas cuyo detonante fue un proyecto de ley que permitiría la entrega de prófugos de la justicia a Taiwán, Macao y la China continental.
Los críticos de la normativa, engavetada pero no revocada del todo, temen la extradición de disidentes políticos a Pekín.
Durante casi tres meses de protestas, la policía hongkonesa detuvo a más de 1.100 personas, incluidas 159 el reciente fin de semana.