El 8 de agosto, el yuan retrocedió a 7,0039 por dólar rompiendo la barrera psicológica del 7 a 1 por primera vez desde la crisis financiera de 2008. Desde entonces, la moneda china ha seguido depreciándose.
El Departamento del Tesoro de EEUU declaró que China manipula su moneda y que colaborará con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para enfrentar este asunto.
El Banco de China calificó la decisión de EEUU como un paso imprudente y advirtió que esto provocaría conmociones en los mercados financieros internacionales y obstaculizaría la recuperación de la economía mundial.
El jefe del Banco de China, Yi Gang, afirmó que Pekín no iba a manipular la tasa de cambio del yuan en el contexto del conflicto comercial con Estados Unidos, y atribuyó la reciente volatilidad de la moneda china a incertidumbres externas.