En las imágenes se muestran las pruebas de fuego del sistema bautizado como Puño de Hierro, que se puede instalar tanto en tanques como en transportes blindados.
Eso se hace por medio de los sensores que detectan la dirección de donde proviene el proyectil o misil enemigo y se lanza en una granada que lo intercepta explotando a su lado. Puesto que la granada lanzada por el Puño de Hierro tiene una acción dirigida, no inflige dañó alguno al vehículo blindado o a su tripulación.
Existen dos versiones del Puño de Hierro: la ligera para los transportes blindados y la pesada para los carros de combate. Está previsto que se empiece a instalar este sistema sobre los vehículos blindados Eitan a partir del 2020.
Dichos sistemas son una manera muy efectiva de protegerse contra los misiles antitanque. No obstante, representan un verdadero peligro para la infantería que está cerca del vehículo blindado atacado, puesto que la metralla de la granada defensiva puede infligir un daño mortal.
De hecho, precisamente por ello en las formaciones de blindados modernas se procura que los tanques dotados de esta clase de protección estén a una distancia mínima de 400 metros de los soldados, puesto que un misil lanzado contra el carro de combate puede saldarse con las vidas de los soldados a su alrededor.