En el comunicado del ministerio se especifica que el vuelo se llevó a cabo sin repostaje aéreo o aterrizajes intermedios. El vuelo duró ocho horas y las maniobras tácticas de la aviación rusa continuarán hasta el final de la semana.
El aeródromo de Anadir, en el Lejano Oriente ruso, fue actualizado en los últimos años para ser capaz de recibir unas aeronaves tan grandes como el Tu-160, que a día de hoy es el bombardero más grande del mundo.
Este lugar se encuentra a 600 kilómetros de Alaska, a unos 20 minutos de vuelo para los Cisnes Blancos, incluyendo el despegue y el ascenso a la máxima altitud de vuelo. Además, el alcance de los proyectiles que porta permite lanzarlos sin salir siquiera del territorio ruso.