Los mayores compradores de acciones fueron las propias empresas, que gastan enormes cantidades de dinero en la recompra de acciones —buyback—.
El departamento comercial del banco ha registrado un fuerte aumento de las solicitudes de recompra de acciones de sus clientes.
Esta fuerte caída está asociada con una disminución en la tasa de la Reserva Federal estadounidense, así como con las acciones del regulador chino. Pekín bajó la moneda nacional a un mínimo histórico en los últimos 11 años —7 yuanes por dólar—. Como resultado, la demanda de acciones del S&P 500 cayó.
"Las empresas son muy sensibles a los precios", explica David Kostin, el analista de Goldman Sachs.
La situación era semejante en mayo, cuando después de dos semanas de corrección la empresa comenzó a comprar sus propios valores, y en dos semanas más los índices volaron al alza.
Kostin predice que en 2019 los clientes volverán a invertir en S&P.
Las corporaciones gastaron cerca de un billón de dólares en programas de recompra en 2018, y este año, según Goldman Sachs, establecerán un nuevo récord histórico de 1,5 billones.