"Portugal solicitó asistencia a España en el marco del protocolo bilateral sobre cooperación técnica y asistencia en materia de Protección Civil", informó el Gobierno portugués a través de un comunicado.
En respuesta a esa llamada, España movilizó de inmediato dos aviones pesados anfibios.
Los incendios comenzaron el 20 de julio y se encontraban prácticamente controlados al inicio de la jornada del lunes 22, aunque los fuertes vientos acontecidos durante la tarde y las altas temperaturas (por encima de los 40 grados centígrados) avivaron las llamas.
Según datos proporcionados por los servicios locales de protección civil, los incendios provocaron 32 heridos, de los cuales uno se encuentra en estado grave.
Desde la jornada del 20 de julio, las llamas arrasaron más de 6.000 hectáreas.
Las autoridades portuguesas desplegaron más de 1.400 efectivos de bomberos y 14 aviones antiincendios para intentar sofocar los fuegos.