El Departamento de Estado norteamericano anunció el 13 de julio que el vicejefe de la diplomacia de Estados Unidos, John Sullivan, y el vicecanciller ruso Serguéi Riabkov se reunirán en Ginebra para discutir la seguridad estratégica.
"El hecho de que los dos países con el mayor potencial nuclear del mundo, EEUU y Rusia, tengan la intención de realizar consultas sobre el control de armas es, en sí mismo, algo positivo", dijo Geng Shuang a la prensa.
Recordó que Moscú y Washington tienen obligaciones en el marco de los acuerdos internacionales y documentos de la ONU y deben continuar reduciendo significativamente su arsenal nuclear para "contribuir a la creación de condiciones para un desarme nuclear amplio y definitivo".
El presidente estadounidense, Donald Trump, propuso el 3 de mayo crear un nuevo acuerdo que cubriría todo tipo de armas nucleares e incluiría a EEUU, Rusia y China.
El pasado 2 de febrero, EEUU suspendió sus obligaciones derivadas del Tratado de Eliminación de Misiles de Corto y Medio Alcance (INF, por sus siglas en inglés), suscrito en 1987 con la entonces Unión Soviética para prohibir los misiles balísticos y de crucero con alcance de entre 500 y 5.500 kilómetros.
Rusia también suspendió, en respuesta, su compromiso con el Tratado INF, dejando claro, al mismo tiempo, que no desea implicarse en la carrera armamentista, mantiene sus propuestas de desarme y esperará a que EEUU esté dispuesto a entablar las conversaciones al respecto.
Mediante otro tratado, el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START III), Estados Unidos y Rusia se comprometieron a reducir sus arsenales a 700 misiles desplegados, 1.550 ojivas nucleares y 800 vehículos correspondientes, desplegados y en reserva, para el 5 de febrero de 2018.
Suscrito en 2010, el acuerdo entró en vigor en 2011 por un periodo de diez años, prorrogable por cinco años.
Las conversaciones ruso-estadounidenses para extender el tratado se han atascado debido a los recelos recíprocos sobre el desarrollo de nuevas armas.