"Seguimos dispuestos a resolver ese problema a partir de las medidas de transparencia mutua y debatir sobre las vías para estabilizar la situación y garantizar la predictibilidad en dicha área después del 2 de agosto, cuando termine el procedimiento de salida del tratado INF lanzado por Washington", dijo Yermakov de visita en Estados Unidos.
Comentó además que Moscú aplaude el hecho de que EEUU haya apoyado la idea de crear premisas favorables para dar los siguientes pasos en el desarme nuclear y haya reunido en Washington un grupo de trabajo que se encargará de crear un ambiente para el desarme nuclear.
"Aplaudimos que los colegas estadounidenses por fin hayan apoyado nuestra idea (…) de crear premisas favorables para dar los siguientes pasos en el desarme nuclear. Podemos ver que nuestra idea sentó las bases de la iniciativa sobre la formación de un ambiente para el desarme nuclear", señaló el diplomático ruso.
También calificó de útiles los debates celebrados en el marco del grupo de trabajo, que se reunió el 2 y el 3 de julio en Estados Unidos para crear un ambiente para el desarme nuclear.
"Claro que Moscú tiene algunas objeciones sobre el contenido de esos debates, pero en todo caso fueron unos debates útiles y sacaremos determinadas conclusiones", apuntó el director del departamento de no proliferación de la Cancillería rusa.
El pasado 2 de febrero, EEUU suspendió sus obligaciones derivadas del Tratado de Eliminación de Misiles de Corto y Medio Alcance (INF, por sus siglas en inglés), suscrito en 1987 con la entonces Unión Soviética para prohibir los misiles balísticos y de crucero con alcance de entre 500 y 5.500 kilómetros.
Rusia también suspendió, en respuesta, su compromiso con el Tratado INF, dejando claro al mismo tiempo que no desea implicarse en la carrera armamentista, mantiene sus propuestas de desarme y esperará a que EEUU esté dispuesto a entablar las conversaciones al respecto.
Mediante otro tratado, el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START III), Estados Unidos y Rusia se comprometieron a reducir sus arsenales a 700 misiles desplegados, 1.550 ojivas nucleares y 800 vehículos correspondientes, desplegados y en reserva, para el 5 de febrero de 2018.
Suscrito en 2010, el acuerdo entró en vigor en 2011 por un periodo de diez años, prorrogable por cinco años.
Las conversaciones ruso-estadounidenses para extender el tratado se han atascado debido a los recelos recíprocos sobre el desarrollo de nuevas armas.