La víspera se informó de 17 víctimas mortales.
El edificio, de siete pisos, se derrumbó alrededor de las 4.00 del 22 de junio.
Desde entonces, los equipos de rescate han estado trabajando contra reloj en las operaciones de desescombro y búsqueda para salvar al mayor número posible de víctimas.
Centenares de personas, con la ayuda de cuatro o cinco máquinas pesadas, siguen trabajando en la escena.
El primer ministro de Camboya, Hun Sen, anunció el pago de compensaciones a las familias: 40 millones de rieles, o unos $10.000, por cada fallecido.