La operación mayor, según el ministro, fue cancelada el lunes. La búsqueda seguirá adelante, a escala reducida pero en un área más amplia, ante la importancia de preservar las tecnologías secretas a bordo de la aeronave.
La aeronave había despegado de la base aérea de Misawa, noreste de Japón, para realizar una misión de entrenamiento con otros tres aviones del mismo modelo. Oficiales de la Fuerza Aérea de Autodefensa dicen que el piloto contactó a sus colegas momentos antes del accidente, para avisarles que estaba cancelando la misión.
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Los otros 12 aviones F-35 que permanecen inmovilizados en Misawa podrán reanudar los vuelos después de que se identifique la causa del accidente y se tomen las medidas de seguridad pertinentes, según Iwaya.
De los 13 aviones proporcionados por Estados Unidos a Japón hasta mediados de abril pasado, cinco realizaron aterrizajes de emergencia en siete ocasiones, incluidas dos a consecuencia de fallos registrados en el F-35A que se estrelló al norte de la isla de Honshu, según los medios japoneses.
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