Ahora, ocho meses más tarde, la empresa cosechó sus primeras hortalizas (lechuga, acedera y albahaca).
La clave del funcionamiento de la granja reside en un sistema de cultivo hidropónico que va transfiriendo las plantas de uno a otro recipiente en función de su tasa de crecimiento, y luego va moviendo cada recipiente por el interior del invernadero.
El sistema tecnológico instalado en la granja incluye brazos robóticos, recipientes hidropónicos automatizados y hasta un robot rodante autónomo llamado Angus. Según The Verge, esta granja robótica requiere mucho menos espacio que una granja tradicional (y usa un 90% menos agua).
Sin embargo, a pesar de que Iron Ox habla de "granja automatizada", los robots aún no están listos para trabajar solos.
El CEO de la compañía, el antiguo investigador de Google X Brandon Alexander, reconoció a The Verge que los humanos siguen llevando a cabo dos tareas fundamentales: el sembrado de los 'plantines' (las semillas ya germinadas) y el empaquetado del producto ya terminado.
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Las hortalizas cultivadas por Iron Ox se venden en un único local, en la sucursal de San Carlos (California) de la cadena familiar Bianchini's Market, especializada en productos locales y orgánicos.
¿La razón? Se encuentra a sólo un kilómetro de la granja, lo que facilita su transporte y garantiza que el producto esté fresco… y permite rebajar algo unos precios que, sin ser desorbitados, están por encima de la media.