Torpedo revolucionario
Tradicionalmente, los torpedos utilizan hélices o chorros de agua para la propulsión, mientras que el Shkval usa un motor de cohete. Sin embargo, viajar por el agua crea grandes problemas de arrastre.
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El Shkval resuelve este problema retirando el agua de su camino. El torpedo redirige los gases de escape a la proa, lo que crea una fina burbuja de gas a su alrededor. Viajando a través de esta, el torpedo encuentra mucho menos resistencia, lo que le permite moverse a velocidades de hasta 200 nudos. A este fenómeno se lo conoce como supercavitación.
Inconvenientes
No obstante, este sistema hace que las maniobras de giro sean complicadas, ya que un cambio de rumbo forzará a una parte del torpedo a salir de la burbuja. Las primeras versiones del Shkval aparentemente tenían un sistema de guiado muy primitivo.
Diseñado originalmente en la década de 1960, el Shkval se incorporó al arsenal de la Armada soviética en 1977 como medio de ataque rápido contra objetivos de superficie y submarinos. Las versiones más recientes del torpedo utilizan la supercavitación para llegar rápido hasta el área objetivo y luego disminuyen la velocidad para buscar su objetivo.
Otro inconveniente es el ruido de la burbuja de gas y el motor del cohete, observa el columnista.
"Cualquier submarino que lance un torpedo supercavitante revelará en seguida su posición aproximada. Pero un arma tan rápida podría destruir al enemigo antes de que le dé tiempo para actuar", agrega.
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¿Existe un futuro para el torpedo supercavitante?
EEUU ha estado trabajando en un arma similar desde 1997, aparentemente sin lograr lanzarla, señala el autor. De hecho, la Marina de Estados Unidos está actualmente en el proceso de mejorar el torpedo submarino Mark 48 para su uso en un futuro. Por otra parte, los requisitos de la Marina eran mucho mayores que las capacidades del Shkval, incluyendo la maniobrabilidad y la búsqueda de objetivos.
Mientras tanto, los submarinos rusos son los únicos en el mundo equipados con torpedos supercavitantes, versiones modernizadas del Shkval armadas con una ojiva convencional.
En 2004, el contratista alemán de defensa Diehl-BGT anunció el Barracuda, un torpedo de demostración destinado a alcanzar una velocidad de hasta 194 nudos. Los modelos de prueba podían viajar por caminos rectos y curvos. Sin embargo, el programa aparentemente nunca se tradujo en un arma comercializable.
"El Shkval, un arma ruidosa pero efectiva, rompe el paradigma de la guerra submarina. Un torpedo de 200 nudos es una capacidad muy atractiva, y a medida que la competencia naval se calienta tanto en el Atlántico como en el Pacífico, podemos ver aún más armadas adoptar diseños supercavitantes y ajustar sus tácticas submarinas. La guerra submarina está a punto de volverse mucho más ruidosa y mortal", advierte Kyle Mizokami.