Tan revelador ha resultado el libro de Roig que ha logrado despertar el interés de sus lectores de visitar Rusia para constatar de primera mano lo que la pluma de este ingeniero nacido en Barcelona plasmó en su obra.
Roig observa que el origen de la mala imagen que tiene Occidente de Rusia es un rompecabezas que nunca ha logrado esclarecerse, por lo que sigue siendo un enigma.
"Lo era cuando [la época de] los zares, lo fue durante la época soviética –durante el comunismo–, y ahora, que aparentemente no tendría que haber mayor impedimento [para que la imagen sea mejor], sigue siendo una característica, y ese es el enigma", subraya.
Volviendo su mirada a la historia reciente, el escritor incide en que la época soviética duró mucho tiempo, en la que hubo una Guerra Fría, y que eso tiene una inercia. "La vida de los países, sea en democracia o en dictadura, tiene una inercia. Esto lo conocemos en España y en otros países que han sufrido regímenes, digamos totalitarios. Pero también ese hábito se ha adquirido en Occidente: los servicios secretos encontraron en el enemigo, en este caso la Unión Soviética, una manera de 'ir tirando'".
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Afirma que esas inercias son muy difíciles de vencer.
"Yo diría que todavía están vigentes en buena medida. […] Eso sumado a que Occidente tuvo diversos incumplimientos cuando cayó la Unión Soviética, sobre todo de promesas que se hicieron a [Mijaíl] Gorbachov, incluso al mismo [presidente, Vladímir] Putin, que luego no se han cumplido".
Respecto a su libro, abunda en que lo que intenta explicar en él son hechos concretos. "No lo baso en ideologías, ni en tendencias, ni en simpatías, sino explicar los hechos objetivamente. Entonces la gente lo entiende". Reconoce haber recibido varios emails y mensajes de quienes, a raíz de haber leído su libro, le expresan interés en viajar a Rusia y ver cómo son Rusia y los rusos. "Yo creo que hemos de luchar permanentemente en ese sentido, en aproximar las dos sociedades", indica.
"La sociedad actual rusa tiene unas características que la hacen especialmente resistente, y al mismo tiempo muy valiosas, tiene un gran valor humano", describe.
A lo largo de su vida, Roig ha vivido en varios países: Francia, EEUU, Brasil, Australia, y en Asia. En este sentido indica que en general "la imagen o los clichés que tenía [de ellos], me cuadraron bastante con la realidad. Pero en el caso de Rusia eso no fue así. En el caso de Rusia llevaba unos prejuicios que eran en buena parte diferentes. […] No te cuadra la realidad con lo que esperabas, entonces quedas un poco tocado".
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Aunque el libro ya ha visto la luz en idioma catalán, el escritor aclara que está en negociaciones para que sea publicado también en español y que le gustaría que se publicase también en inglés. Al preguntarle si hay posibilidades de que se publique en ruso, señala que es algo que no depende de él, pero confiesa que "estaría encantado de la vida. Con todos los amigos que he hecho en Rusia, sería un gran regalo".
Roig explica la imagen que ilustra la portada del libro.
"Es un duelo entre dos personas: uno va vestido con la bandera rusa, el otro lleva la bandera europea, y están en un duelo, se están apuntando con una pistola. Y a lo lejos hay alguien que lo está observando que va vestido de chino".
Para Roig, el alejamiento de la Unión Europa del país euroasiático "empuja a Rusia hacia otros escenarios y a que 'se busque la vida'. Evidentemente Rusia se tiene que buscar la vida si no la dejan participar en determinados 'juegos', organizaciones o territorios. Entonces esta búsqueda evidentemente está en Asia", advierte.
Consultado sobre si su libro L'enigma rus puede colaborar a que la ciudadanía occidental comience a ver a Rusia con otros ojos, el ingeniero es contudente: "Tendría que ser así. Otra cosa no tiene sentido. Rusia es parte del alma europea, entonces otra cosa no tiene sentido. El futuro tiene que ir por ahí, por la colaboración", concluye Xavier Roig.