En la década de los 80, Rourke era uno de los actores más atractivos de Hollywood. Participó entonces en películas de buenos directores y bien recibidas por el público, como 'Fuego en el cuerpo' o 'Nueve semanas y media', pero su suerte cambió de manera drástica tras un par de cirugías desafortunadas.
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El actor no solo cambió hasta resultar irreconocible, sino que también empezó a interpretar papeles en películas no tan taquilleras.
Recientemente, las redes sociales se han inundado de chistes y comentarios hirientes respecto a la nueva apariencia de la estrella.
El propio Rourke, sin embargo, explica las operaciones achacándolas a los traumas que recibió siendo boxeador. Y de paso culpó a uno de sus cirujanos de ser poco competente.
"Me rompí la nariz dos veces, así que me realizaron cinco operaciones y otra más por una rotura del pómulo", explicó en 2009 al periódico británico Daily Mail.