En las imágenes se aprecia cómo los depredadores se dan un festín sobre los restos de una ballena a una profundidad aproximada de 700 metros. En un determinado momento, los tiburones se ponen agresivos e incluso se muerden entre sí.
Su atención se posó luego en el minisubmarino donde estaban los científicos. Los tiburones empezaron a darle golpes en distintas partes lo que, a juzgar por los sonidos que se generaron, eran bastante contundentes.
"El submarino es muy robusto, pero son tan grandes y fuertes… Así que tengo algo de miedo", confesó una de las personas.
Tema relacionado: Un tiburón blanco agarra a su presa al vuelo