"¡Atención! El Gobierno Bolivariano de Venezuela condena enérgicamente la violación de los derechos humanos a tres funcionarios de nuestra Cancillería, quienes fueron objeto de detención arbitraria por parte de las autoridades migratorias colombianas", dijo el ministro en su cuenta de la red social Twitter.
Por su parte, las autoridades colombianas sostienen que detuvieron al coronel de la Fuerza Armada Nacional venezolana Edgar Alejandro Luego Pereira junto a dos acompañantes, quienes pretendían sacar del país documentos que se encontraban en el interior de la embajada de Venezuela.
"Al Coronel Lugo Pereira y sus dos acompañantes se les incautaron 18 pasaportes venezolanos nuevos y diligenciados, 8 adhesivos de prórrogas, 7 pasaportes en blanco, así como 70 millones de pesos colombianos, 22 mil dólares y una considerable suma de dinero en euros", dijo Migración Colombia en un comunicado.
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La autoridad agregó que el militar y las dos mujeres que lo acompañaban ingresaron a Colombia por Cartagena el 20 de marzo como turistas y empleando pasaportes comunes.
La Cancillería venezolana dijo que exige a Colombia la "devolución inmediata e incondicional de los bienes confiscados, reservándose las medidas a aplicar en reciprocidad dentro y fuera del territorio venezolano".
"Desde hace más de un año, el Gobierno de Colombia bloqueó las cuentas de la embajada de Venezuela en Bogotá, así como de los consulados de Venezuela en dicho país, con el expreso propósito de entorpecer su normal funcionamiento, en abierta violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas", agregó.
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El impedimento de Colombia ha generado que no se pueda pagar sueldos, alquileres y servicios, dijo el Gobierno venezolano.
El 23 de febrero, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció la ruptura total de las relaciones con Colombia y dio 24 horas a sus representantes para abandonar el país.
El jefe de Estado acusa a Colombia de intentar provocar un estallido social y un golpe militar en su país, al poner a la orden de Estados Unidos sus fronteras para entregar su ayuda humanitaria a la que califica de "migajas" y de "un show para justificar una intervención".