Los bomberos fueron precisamente los primeros en llegar al aeropuerto internacional de Zaventem tras la doble explosión que se produjo ese fatídico día en la instalación.
Una tercera detonación se registró en la estación de metro Maelbeek.
Los ataques terroristas reivindicados por el grupo terrorista ISIS (autodenominado Estado Islámico, prohibido en Rusia) dejaron una treintena de muertos y más de 300 heridos.
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