Desde las 10:20 (hora local) de la mañana de este 21 de marzo, el balcón del Palau de la Generalitat muestra una pancarta en la que se puede leer en catalán y en inglés "libertad presos políticos y exiliados" junto a un lazo blanco.
El pasado 19 de marzo, la Junta Electoral Central de España otorgó al Gobierno catalán un plazo de 24 horas para retirar los lazos amarillos al entender que, en la víspera de las elecciones generales del próximo 28 de abril, los edificios públicos deben mantenerse neutrales y no ser utilizados para lanzar mensajes políticos.
El 20 de marzo, el presidente catalán, Quim Torra, afirmó que retiraría los símbolos dando cumplimiento a una petición formulada por el Síndic de Greuges (el Defensor del Pueblo en Cataluña).
No obstante, fuentes del Gobierno catalán aseguraron que al mismo tiempo se estudiarían "fórmulas alternativas" para seguir expresando su protesta.
De ahí el cambio de pancarta que se produjo este 21 de marzo.
El uso de la simbología independentista en edificios públicos, además de centrar una gran atención mediática en los últimos días, podría abrir una vía para que el presidente catalán sea imputado por un delito de desobediencia.
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De hecho, la Fiscalía ya se encuentra estudiando la admisión de una querella presentada este 21 de marzo por las organizaciones Sociedad Civil Catalana y Abogados por la Constitución contra Quim Torra al entender incurrió en un delito de desobediencia al mantener el uso de lazos amarillos y otros símbolos independentistas tras la prohibición de la Junta Electoral Central.