La última de las acusaciones subidas de tono ha tenido lugar este 20 de marzo cuando uno de los principales líderes de Azul y Blanco, el exgeneral y exministro de Defensa Moshe Yaalon, dijo que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, pudo cometer un delito de "traición".
Yaalon se refería a la investigación policial conocida en Israel como Caso 3000, donde en los últimos días se vinculó a Netanyahu con la adquisición supuestamente fraudulenta de varios submarinos y buques de guerra a una empresa de Alemania.
Yaalon sugirió que Netanyahu traicionó al estado al impedir que el abogado general del estado, Avichai Mandelblit, se inmiscuyera en la investigación.
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En los últimos días se ha sabido que Netanyahu está implicado en la venta de acciones relacionadas con una empresa que suministraba material a la empresa alemana que fabrica los submarinos por valor de 16 millones de shekels, alrededor de cuatro millones de dólares.
El líder de Azul y Blanco, el exgeneral Benny Gantz, pidió que se reabra una investigación a fondo para determinar si Netanyahu se lucró con la compra de los submarinos y de los buques de guerra, o de cualquier otra manera relacionada con este asunto.
"Es muy preocupante que en los asuntos más importantes, personas próximas a lo más alto del régimen, y deseo que no sea también lo más alto del régimen, estuvieron implicadas en cosas que son tan graves como la corrupción, el abuso de confianza y el soborno", dijo Gantz.
Una de las personas procesadas es un abogado de Netanyahu, que también es su primo y un estrecho colaborador del primer ministro.
"No podemos permitir que ocurran cosas así. Las autoridades relevantes deben investigarlo. La verdad debe salir a la luz. No se trata de otra cosa que de un drama de la seguridad y la estrategia", añadió el líder de Azul y Blanco.
No obstante, la oposición sostiene que ahora se conocen más detalles de la operación que son significativos y por lo tanto debería reabrirse la investigación para determinar quién está implicado en el presunto caso de corrupción.