Sputnik constató que el paso fronterizo sigue cerrado, con un cordón de agentes de la Guardia Nacional Bolivariana bloqueando el paso de transeúntes y vehículos.
El clima es de tranquilidad en la zona, después de una jornada que terminó de manera convulsa, cuando manifestantes venezolanos en el lado brasileño acabaron prendiendo fuego a una caseta de militares venezolanos situada a pocos metros de la línea de frontera.
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Los militares venezolanos reaccionaron con gases lacrimógenos, algunas de las bombas llegaron a entrar en territorio brasileño.