Un conductor suicida, que el grupo Jaish-e-Mohammed (JeM) identificó como uno de sus militantes, embistió el 14 de febrero, con un auto cargado de explosivos, un convoy policial cerca de Srinagar, provocando la muerte de unos 40 policías e hiriendo a decenas de personas.
El Ministerio indio denunció que en la declaración al respecto del primer ministro de Pakistán, Imran Khan, no se reconoce el ataque como un acto terrorista, brilla por su ausencia cualquier tipo de condolencia ante las familias de los fallecidos, así como resultan poco fiables las palabras sobre la disposición de Islamabad a dialogar con Nueva Delhi.
"La India ha subrayado en varias ocasiones que está dispuesta a un diálogo abarcador, pero solo en una atmósfera libre de terror y violencia", resalta el comunicado.
La India sostiene que el cabecilla del grupo JeM, Masud Azhar, reside de forma permanente en Pakistán.
Anteriormente el ministro de Finanzas indio, Arun Jaitley, indicó que, como medida inicial, aumentará los impuestos a las importaciones pakistaníes en un 200%.
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La India además llamó a consultas a su embajador en el país vecino, iniciativa que de inmediato retomó Pakistán.