Según los guardacostas holandeses, el buque de carga —bajo la bandera de Panamá— portaba tres contenedores con barriles de peróxido orgánico en polvo, un compuesto tóxico e inflamable que se utiliza en la fabricación de plásticos y poliestireno.
El carguero también perdió alrededor de 270 contenedores de juguetes, muebles de IKEA, televisores de pantalla plana e incluso piezas para automóviles, entre otros objetos.
El 2 de enero los contenedores cayeron al mar como resultado de una fuerte tormenta que alcanzó al carguero en alta mar entre Alemania y Holanda.