"A través del Banco Central de Bolivia, la Empresa Siderúrgica del Mutún ha cancelado el anticipo equivalente al 15% del [primer desembolso del] contrato firmado con la empresa china Sinosteel, vale decir 9,9 millones de dólares", dijo el presidente de la Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM), Jesús Lara, consigna la agencia estatal de noticias ABI.
El pago del anticipo del Gobierno boliviano, tras una serie de largos y complejos trámites administrativos y financieros, superó "el último escollo para arrancar con las obras físicas de la factoría de acero", agregó ABI.
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La industria a levantarse en El Mutún, en la frontera sudoriental boliviana con Brasil, debería entrar en producción en el primer semestre de 2021 con una capacidad de 194.000 toneladas anuales de laminados no planos de acero.
La industria siderúrgica es una especie de sueño en Bolivia, uno de los países más pobres del continente americano, desde que a mediados del siglo XX se confirmara que El Mutún alberga una de las reservas de hierro más grandes del mundo, estimada en 40.000 millones de toneladas.
El Gobierno impulsa el proyecto siderúrgico como una obra totalmente estatal, a diferencia de varios planes frustrados del pasado, incluido uno de más de 2.000 millones de dólares con el grupo indio Jindal, firmado en 2007 y anulado dos años después por supuesto incumplimiento empresarial.